19 agosto 2006

Para sumar los 10 millones.

Nuestra apatía y la de los buenos es un veneno mortal. El opio es menos dañoso. Yo recomiendo a todos los sustentáculos de la patria más que celo; recomiendo entusiasmo y exaltación, porque de otro modo no hay salud.
-Simón Bolívar-


Por: William E. Izarra (*)



La captación de votos, desde la perspectiva de la conciencia revolucionaria, debe sustentarse en fines, ideas, práctica y proyectos del proceso revolucionario. Sumar conciencia tiene un alcance mucho más ambicioso que captar votos. Se puede conseguir que un indeciso vote por Hugo Chávez debido a la ausencia de un proyecto alternativo. Pero ese voto sin conciencia no es duro. Es decir, no es un aliado convencido de la revolución como sistema de vida. Por el contrario, cuando ese indeciso logra entrar en la dimensión revolucionaria por persuasión, pasa a convertirse en un adepto permanente del proceso.

En este sentido, los tres meses y medio de campaña deben emplearse para sumar conciencia revolucionaria que actúa como 2 en 1. Por un lado se asimila al socialismo del siglo XXI y, por el otro, vota plenamente convencido por la reelección del Presidente. Al respecto, considero que en este corto lapso debemos tener una base teórica mínima de total dominio. Base fundamental que nos permita emitir juicios bien elaborados a fin de captar los votos de los vacilantes y sumarle conciencia al proceso.

Para ello, presento un paquete conceptual que explique, en un nivel primario, la racionalidad de la revolución bolivariana.

Este paquete se confecciona con base en las siguientes 12 categorías revolucionarias:
(i) Proceso revolucionario, se entiende como el conjunto de fases y etapas sucesivas que se desarrollan en la estructura de la sociedad venezolana, las cuales en un tiempo determinado por las variables socio-políticas (coyunturas) se alcanza la meta de consolidar la revolución;

(ii) Revolución, es la acción consciente del pueblo organizado para dirigir la República, con base en una concepción socialista del mundo y la vida, a fin de generar cambio de estructura de la sociedad a nivel de las relaciones de producción, sociales y de poder, para hacer surgir una nueva cultura social y nuevos paradigmas de solidaridad y amor entre los seres humanos;

(iii) Conciencia revolucionaria, es el conocimiento integral de nuestro ser que permite generar la energía morfogenética para comparar y diferenciar reforma de revolución y así proceder al cambio de estructura;

(iv) Ideología, es el conjunto de creencias, valores e ideas de orientación político-social y espiritual que legitima un nuevo orden social;

(v) Socialismo del siglo XXI, es el sistema político, económico y social de fundamentación humanista, basado en el bien común, la producción social y la participación directa del colectivo en las decisiones que involucre al destino y la prosperidad de la nación;

(vi) Estructura, base de funcionamiento de la dimensión social donde se dan las relaciones que generan los fenómenos y hechos observables;

(vii) Reforma, modo de gestión de mando de la República basada en la democracia representativa, cuya acción política está orientada a mantener la estructura capitalista de la sociedad, a fin de perpetuar el usufructo del poder;

(viii) Relaciones de producción, son aquellas acciones conscientes creadas por el pueblo para la generación de riqueza y prosperidad, las cuales colocan al proceso productivo al servicio de la comunidad a fin de satisfacer los objetivos del bien común;

(ix) Relaciones de poder, son aquellas acciones simétricas que, como consecuencia del nuevo modelo sociopolítica, modifica el ejercicio del mando y dirección de la sociedad, el Estado y el Gobierno, haciendo que fluyan desde abajo hacia arriba. Para ello se establece la asamblea de ciudadanos como la primera instancia de poder;

(x) Bien común, es la satisfacción de las expectativas del pueblo en sus niveles más elevados de lo espiritual, lo material y lo moral. El bien común induce a quien lo practica a convertirse en un ser de buena voluntad y en manifestar el amor por el prójimo;

(xi) Amor por el prójimo es querer a los demás; aceptar la existencia, el espacio y las ideas de nuestros semejantes y, sentir afecto y fidelidad por los ciudadanos, habitantes de nuestro país y del mundo;

(xii) Buena voluntad es la plena disposición a actuar con deseo sincero, afecto y solidaridad para hacer nuestras cosas o las de nuestros semejantes en armonía, equilibrio y paz espiritual.
La buena voluntad genera serenidad y calma en el interior de nuestro ser que nos lleva a un estado de sosiego y alegría. Este estado supremo de calma y sosiego, de dominio de las pasiones y control de los vicios humanos es la felicidad. Tómese estas reflexiones como una receta flexible para contribuir a sumar los 10 millones de conciencia.

(*) Teniente coronel (r) William E. Izarra


¡SON DIEZ!
MILLONES LOS QUE LES VAMOS A METER
¡SON DIEZ!

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