11 noviembre 2006

¿POR AHÍ VIENEN ROSALITO?

¡Preparen esas nalgas porque van a llevar palo parejo!
No nos volvamos engreídos por la victoria... No olvidemos de ser precavidos cuando todo esté en calma... Pero, no tengamos miedo en el peligro ... El imperio pareciera asomar la estrategia golpista, tiempo de alerta y advertencias.
Por, Martín Guédez


Manuel, consciente de mis limitaciones atribuyo a estas mi confusión. ¡No puedo más! Hago mis mejores esfuerzos por desentrañar tu pensamiento profundo y al final quedo como pajarito en grama. Es insoportable este “morir a cada paso y seguir viviendo luego, siempre con una espada colgada de punta del techo”. Cuando el hilo conductor –fíjate que ya he creado hasta mi propia técnica de aproximación al pensamiento Rosalino- me sugiere que al menos rozaré tu razón pura, ante mi se abre un nuevo abismo, trato de aferrarme a las entrelíneas, a tus paradigmas sintagmáticos subsecuentes y nada maestro… ¡nada, pobre de mí!...

Así sea entre nosotros, te prometo que nadie se enterará, hazme una concesión desde tu trono de sabiduría, luego de ello… invocaré a Dios para que me lleve… ya habré visto y conocido el bien supremo. Dime, Manuel… dime, ¡oh maestro!... tengo frente a mis ojos –junto a una estampita de la Virgen de los Milagros, un corazón de Jesús y un San Miguel Arcángel- un folletito tuyo, deslumbrante –permíteme desahogar mi corazón- con ese rostro tuyo y su luz propia, aquella naricita, así…con este toquecito, ese mohín cuchi… ¡mejor no sigo por ahí! … en el que llamas Chuky a las máquinas captahuellas. ¡Realmente preciso, certero, cosa más grande! “Las captahuellas –dices- no revelan el voto de nadie…nadie sabrá por quien votaste…las captahuellas son un invento del gobierno para intimidarte

Comprende, Manuel, que luego de meses de campaña de tus medios, de programas especiales, tu sabes, esos con musiquita de “tiburón” de Alberto Federico, mostrando la teoría retroanalítica secuencial armónica, yo… ¡siempre yo y mis limitaciones!, me lo creí… ¿ves, Manuel?, ¿entiendes mi confusión?, el giro tuyo, tu haz de luz, tu palabra divina me devolvió la paz. ¡Me hubieras visto! No cabía en mí de gozo… ¡Todos estaban equivocados menos tú! ¡Tú eres el irreprensible, el insondable!, ¡tú eres la luz del mundo!, ¡tú, el que cada día, en tu infinita generosidad nos regalas un nuevo pensamiento, en este folleto… llamas al pan, arepa y al vino, cocuy!: LAS CAPTAHUELLAS SON INÓCUAS…UN VACILÓN… UN INVENTO DEL GOBIERNO…

Al fin pude echarme a descansar. Todo quedaba claro. ¡El gobierno no podrá asustar a nadie con las captahuellas! ¡já! ¡A ver si el régimen aprende de una vez a respetar tu superioridad! , pero no, hoy amanecieron los medios con unas declaraciones tuyas: “Rosales: exige que se retiren las captahuellas”. ¡Ya va, barájame el tiro! Ni tu eres la luz del mundo ni el pueblo venezolano tan pendejo. Tú eres el arrastrado más capacitado –con cayo en la barriga incorporado-, que eligió el imperio para jugar el papelito. Ese eres, un pobre y torpe arrastrado, incapaz de caminar y comer chicle al mismo tiempo, que usas mocasines porque eres incapaz, luego de cincuenta años, de hacerte el nudo de las trenzas.

Así que la pregunta es clara… ¿Ya se decidió la estrategia?, ¿ya te la bajaron Granier y Alberto Federico?, te lo digo porque el escenario se está pareciendo mucho al de los días previos a diciembre de 2005. Bueno, ¿sabes?, queremos hallacas, nacimiento, reuniones familiares y paz, pero si se salen del marco de la constitución bolivariana van a recibir la paliza del milenio, aunque se nos enfríen un pelo las hallacas, esta vez este pueblo no los va a dejar irse lisitos. Si nos amargan la vida –al menos ustedes, tú y tu combito de siempre- lo habrán hecho por última vez porque se volverán polvo cósmico. Sabemos que la lucha seguirá, al imperio no le importará sacrificarlos como condones usados. Vendrán nuevos escenarios y nuevas luchas, pero ustedes… los de abril, el sabotaje, la guarimba y demás gracias, con todo y sus soberbios y enloquecidos amos de unos cuantos medios, habrán quemado su último cartucho, habrás protagonizado su último acto. Así que, cojan consejo, están a tiempo. ¡Pórtense bien carajo!, para decirlo con palabras de un “valiente” general golpistas…¡los tenemos ploteados!.

Por, Martín Guédez

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