04 julio 2008

¿EL RESCATE O LA ENTREGA DE INGRID Y CATORCE COMPAÑEROS?

Tormenta de sentimientos encontrados

Si un gobierno descendiera a contentar la ambición y la avaricia humana, pensad que no existirían pueblos que obedeciesen. Es menester sacrificar en obsequio del orden y del vigor de nuestra administración, las pretensiones interesadas.
Simón Bolívar

Por, Martín Guédez



Es una pena que la convocatoria a la alegría deba verse ensombrecida por la duda. Cuando no se es hijo de mala madre –y no lo somos-, todo cuanto signifique "vida" llena de alegría el pecho. Lamentablemente el gobierno de Colombia nos ha acostumbrado a la mentira. Debo admitir que cada vez que veo las caras de Álvaro Uribe o de su ministro de la guerra, Juan Manuel Santos, se me perturba el sentido de la vista y sólo veo el rostro de una víbora, en un caso, y el de una hiena en el otro. ¡Cosas!

La agencia de noticias Reuters titula el acontecimiento como "un rescate de película". Desde luego, aún si el gobierno colombiano y su mentor imperial contara con la credibilidad que no cuenta como resultado de su viciosa propensión a la mentira, resultaría poco menos que muy sorprendente que se pueda rescatar un grupo de personas –selectísima por cierto- de manos de un frente guerrillero armado sin que haya habido necesidad de utilizar siquiera una curita de esas que puso de moda Enrique Mendoza el 11 de abril de 2002.

Tampoco resulta muy aceptable que el mismo hombre que gozó el asesinato de dos decenas largas de guerrilleros y estudiantes al sur del Putumayo, en Ecuador, hoy se haya enternecido en tal manera que al referirse a los guerrilleros presentes refiera que "respetamos la vida de los guerrilleros de la FARC para alentarlos a emprender acciones de entrega".

Los elementos contradictorios de este rescate con fuerte olor a intercambio o entrega no borran en modo alguno la tormenta de sentimientos que desató la rehén estrella, Ingrid Betancourt, al formular declaraciones. Las seguimos con cuidado, las grabamos y las repetimos para restregarnos los ojos y el alma ante lo que veíamos y oíamos. En su discurso político, que no otra cosa fueron sus declaraciones, no sólo puso todo su peso en la opinión pública para favorecer la política de seguridad democrática del gobierno de Uribe, sino que prácticamente declaró la vía militar como la adecuada para la solución del conflicto. Tampoco olvidó meterle el hombro el nuevo héroe –Uribe- para santificar la reelección como lo mejor que le ha podido ocurrir a Colombia, más aún, estimó que visto lo visto fue muy bueno que ella no hubiese llegado a la presidencia de Colombia sino el santo varón Uribe. Un discurso difícil de improvisar. Un discurso perfectamente organizado. Un discurso que obliga a que esperemos a que se conozca más acerca de lo ocurrido, al menos, la opinión del Secretariado de la FARC, porque de lo que el gobierno colombiano afirme sin confirmación de terceros se hace bien si se pone en tela de juicio, como ejemplo recuérdense "las computadoras de Reyes"

A Ingrid se le fueron varios gazapos, desde aquel de pedir a la FARC por los guerrilleros custodios "porque ellos no tienen la culpa"; hasta la de haber admitido que se preparaban al amanecer para el entrega, diciéndose entre sí "hoy es el día". Cualquier persona que haya estado presa sabe que no hay nadie que anide esas ideas en el día a día sin terminar enloquecido. Eso se piensa sólo cuando se sabe que viene un desenlace.

Por último…Ingrid… ¡qué ingrata eres! Bolívar decía que la ingratitud es el peor de los crímenes, nosotros lo confirmamos, ¡que fea es la ingratitud, Ingrid! Tuviste una referencia al presidente Chávez sólo porque lo preguntó un periodista y la referencia no pudo ser más mezquina, Ingrid… un monumento a la miseria, Ingrid. Afirmar que la participación de Chávez es importante pero... siempre que no olvide cuidar la democracia colombiana y que el elegido por el pueblo colombiano es Uribe y no la FARC, es de una mezquindad inaudita. Así pagas, no a Chávez, sino al pueblo venezolano que ama a Chávez y lo sigue, los meses de angustias, de problemas, de inquietudes, de peligros y hasta de dinero, Ingrid, no importa que nos creas un pelín materialistas, dinero…Ingrid… dinero que necesita nuestro pueblo y fue empleado en tratar de liberarte. Esfuerzos apasionados de Chávez y su pueblo porque lo pidió expresamente tu gobierno, Ingrid ¡No importa!, como dice sabiamente nuestro pueblo: "arriba hay un Dios"…allá usted, Ingrid, allá usted y las razones que la han hecho actuar como lo ha hecho. Al final, no hay mal que por bien no venga y algo se ha aprendido.


Por, Martín Guédez

¡CONCIENCIA Y COHERENCIA RADICAL!
Nuestras primeras necesidades.
¡VENCEREMOS!

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